Leer una cosa es correr sobre ella. Ella es una proyección simbólica. ¿Una cosa es un valor material sobre el que nos volcamos? O un azar como es lo mismo correr sobre ella. Todas y ninguna y en el mientras lo que se me olvide narrar. Y las que pueda ir desalojando-desapegando-destripando. La cosa límpida sonríe.

Vivir el viaje que se hace aventura bajo el dicho de Blake con las puertas de la percepción abiertas a cualquier cosa.

Transcrpción de un escrito apenado en el servicio de transporte público metro.

Un sentimiento autista que sólo se explica en el cambio de TODO MUNDO, mientras uno se anda explicando, inventando que son cuatro caminos –como la estación del metro- los de la memoria y el hombre que se convence y se convence recordándose, el del olvido y la ingesta de lo innombrable, sea como todo, el de lo nombrable como la duda constante, como preguntarse si ¿dios planeó al mundo?, y la palabra como acto de liberación en resumen acto mudo.

Estuve en la asamblea legislativa del D.F a entregar paquete pero lo interesante fue ir al baño donde se toman decisiones poderosas, mientras se medita, pegar un chicle por ahí –al final se va- pero es lo importante leáse.