¿Cuando el árbol cae y no hay nadie quien lo escuche, se oye?
Lo oye alguién más.
¿Lo oye alguien más?
Reconocer ese sonido eterno,
el martillo de la oreja,
rápido como avispón.
Como jugar gato con los ojos.
El limite de la idea de ser o no ser,
ganar o perder frente a uno mismo.

Ir hiendo en el lenguaje,
imposible no recurrir a un otro,
aunque entre dos, uno nunca sea el otro,
ir hiendo en lenguaje,
imposible no recurrir al otro,
nadie va a resolver tus problemas
!pero te van a ayudar¡
aunque el interes tiene pies
¿còmo me lo explico yo?
Me sucede, aquì lo controlo, o de menos el ese sentimiento es genial.
Me refiero a escribir,
como si las ideas te pertenecieran,
plop,

Nos encontramos en el camino,
aunque ella no era ella, era su presencia circundante en un otro,
yo creìa en algo ideal
y fui bajando
bajando
mientras a mi me pasaba lo mismo
que le pasaba a otra,
y fuimos bajando,
ya acostados boca abajo,
diferentes
yo veìa algo
ella veìa algo
màs
y que me paro,
y sigo.
Que me movio,
era yo un fantasma,
no hubo espejo que me hiciera
luz,
y cuando despuès lleguè al espejo
querìa mantener esa luz en mi,
querìa ser esa imagèn brillante,
de que yo soy yo, eso si que no,
de que yo que soy para ti, eso si que no.
De que que es que para los dos eso si que sì.
¿O no?

Pensaba que la ontología de Deleuze se divide en el momento artístico ante lo otro que deslumbra y cuestiona, aliena, aleja. Otro que sí es y un uno que se cuestiona desde ¿Qué es? ¿Qué hace? ¿Qué quiere hacer?, se crea distancia del espíritu por lo otro infinito. Hombre
Divinidad acercarse al momento eterno, creador, repensamiento, reformulación, religión, reunión, reidentificación.


Seguro que Roland Barthes nunca uso una mascará, y que el finismo japonés acaba con el blooper.

Alma blanco y negro.

Subir la montaña para en mis hombros entenderme ángel y luego bajar cantando.

Lo que no es nunca va a dejar de no-ser.

Un día determiné que lo importante en la vida era pensar.
Ahora cuando pienso vuelo o algo parecido, más bien ni en que pensar y duermo.
Sentirse bien no tiene precio.
Ahora se que quiero llegar a la parte de mi verga que nunca podré ver.
O cómo el punto entre sombra e imagen que no es nada.