miércoles, 28 de abril de 2010

Despierto y vuelo de la cama al suelo. Después del brinco corro a desperezarme la angustia recordando sueños paraísos, pesadillas mounstrous, o el sin sabor de no acordarme para fluir en la dimensión de ese día.

La tarde se hizo media, la fuerza crecía dentro de uno, sin deseos me sentía más tranquilo, futuro sin esperar nada, desilusionado.

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