miércoles, 3 de junio de 2009

Todología 2,3,4,5 etc.

Todología parte 2
Fernando Vallejo
José Ludlow
“Y cómo te voy a decir cómo es el final, sí es el final”

El caos es armonía. Sólo en el caos existe la ruptura. La ruptura deviene magia, hechizo continuado. Cuando el hechizo es continuado se vuelve ritual y ese ritual o trance cíclico se vuelve ciclo. Es justamente la idea del ciclo lo que produce realidad, digamos magia. Es en los punto de unión de las cosas donde uno puede observar aquel infinito que viene desde siempre y que no tendrá explicación. La palabra es sólo forma explicativa: evasión o aceptación, en cualquier caso forma parte de un conjunto roto en todas sus partes. El hecho es que la realidad es conceptual y por lo mismo se viene y deviene transformando. De ahí la magia, como en el nacimiento de una flor o la caída de una fruta o todo lo que imaginemos como ruptura, creación de caos.
Los muertos son el pegamento.
El dato proporcionado este día es que tu eres energía vienes siendo energía y lo divino del asunto es que tu eres en un sentido humano y no divino, y por lo mismo lo que te acabas eres tu. Ahora el mundo perse en su cualidad de material no necesasriamente existe, o sólo existe si lo llamamos un perpetum mágico o construcción y deconstrucción constante: como ir viniendo y deviniendo del griego al griego -(la alta cultura siempre como intento, triunfo y preservación de ella misma)- del griego al fránces del fránces al alemán del aleman al japonés del japonés al austriaco del austriaco al inglés y del inglés al rumano. Justo ahí, en la producción autonoma que vamos posibilitando cada quién de sí mismo nos volvemos forma sin forma, esfera sin centro, sentido sin sentido, osease infinito.
Nada pues al final la broma, chiste, gracia, jocosidad, excentricidad, belleza, maravilla consiste en ponerle el nombre deseado a los restos.


Todología parte 3
Confiésate haznos mejores.
Si yo entiendera al mundo sólo, si yo no necesitará de otro, estaría verdaderamente tranquilo. Lo que entiendo ahora, es que me comprendo a mi mismo desde una sucesión de eventos continuados, me vengo buscando desde que nací: DIJE, y de ahí en adelante me voy llendo.
Siempre nos vamos.
Donde y cuándo existe lo que hago, lo que existe, todas estas oraciones largas complejas: sujeto, verbos, complementos devienen realidad intransmigrable hasta cierto punto: ruptura constante. De nuevo, nada pues, al final el nombre, el apodo, el acertijo, la búsqueda la escoge lo de enfrente.
Cuando tropiezo o arrastro es que he ingresado en un sistema que reconoce y adjetiviza su existencia. Que recurre a fuerzas o causas para mantener su vitalidad, su subida, en el mejor de los casos, su flujo, su constancia, su estancia, su haber en un punto medio y su caída, su hacer, su decosntrucción, su escape, su huída, su fuga.
En esta ocasión me tocó perder una idea pero en su detrimento o detención o continuidad esforzada uno de cierta forma tiene la certeza de que esto regresa o siempre existió en uno mismo. Es el sueño o la totalidad de uno mismo o más bien la abosolutidad de uno mismo.

Todología parte 3
Sueño, megalomanía y absoluteidad
“Sólo es sueño de ser mejores que nosotros mismos”

El sueño en la vigilia es un espacio extraño pero localizable, flujo de un sistema, flujo constante, aire, agua, metal, sustancia. Digamos el filósofo cínico diría: para que me esfuerzo, para que me explicito. El doctor responde dice: Esa sustancia se vuelve sentimiento y se redistribuye por todas las partes del cuerpo. El cínico responde: mejor me dejo morir, el doctor responde: mejor vive. Entonces viene la decisión más simple de la existencia el verdadero vaiven constante de la voluntad: deseo morir o deseo vivir. Devienen lo mismo dentro de los trances o ciclos.
La muerte amada.
Lo muertos buscan vida. Buscan lo magia, buscan renacer, buscan conciencia se buscan a sí mismos.

Todología parte 4
“Buscaba y se recordaba.”
Mi opinión o seguimiento del zen como práctica consiste mayormente en el mantenimiento del sentido esto desde la experiencia y para la experiencia.La diferencia radica en el uso que le demos a lo que hacemos. Cada momento sentado me siento amado. Andando voy pero no voy, hiendo a algún lugar, pero fluyendo mientras tanto. El sentido se determina en el despertar de uno mismo hacia sí mismo. Y otra vez la vuelta al trigo. La escritura es absoluta, es automática, es divina, deviene realidad, es amor, es entrega de palabra en rito, ciclo, ritual.

“No es chiste”
Lo incognoscible, la incertidumbre, la duda es creación, salto. Un árbol sus puntas, sus ramas, sus raíces, son uno consigo mismo. Cada cosa es total en sí misma, eterna. De donde vino, cómo es y cómo se hace. El collage es total. La tecla es música, la música es impulso, el impulso es acción. Mi teclado es, mi teclado escribe sólo, desaprendo. Deshago, muero, voy cayendo, voy perdiendo, me voy desairando, me voy hiendo. Fin.

“La disciplina del placer”
Día a día el ritual es valor, vale. Cuesta y exprime. Viniendo del desayuno hacia la comida. Cuando veo leo. La lectura es profunda, logró hacia la interioridad, la escritura es éxito, la creación es mérito. La vida es locura, es aventarse, aventurarse una y otra vez al giro de uno mismo, sobre uno mismo. Profetizar es retar, búsqueda, imposición. Comer cuando no tenga hambre dormir cuando no tenga sueño. Escribo por que sueño y en sueños no respiro, no como, no excreto, no hago, no existo. Soy totalidad de vigilia transformada en energía.

“Editar es la verdadera escritura”
Editar es impostura, apariencia, correción, borrón y cuento nuevo, fuego en ciclo, espacio vacío, nada, desaparición, desapariencia, correción, cuento nuevo y borrón. La edición es forma y fondo. La edición es concepto. La vida es concepto, el futuro está determinado, nada más lo tenías que escribir. La edición es collage, búsqueda.


Computadora viva
Las computadoras son orgánicas. La electricidad es orgánica, todo en la vida es vida. La vida es vida dentro y fuera de sí misma. Todo es vida. La vida es viva. Viva la vida.

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